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Tags: Celtic de Glasgow; Glasgow Rangers; Liga Premier de Escocia; Old Firm; Scotish Premier League

La noticia del descenso del Glasgow Rangers a la tercera división escocesa, que parece haberse perdido entre los goles de la Eurocopa y las emociones de los juegos olímpicos, es la más triste de todo el verano. El Rangers, fundado en 1872, fue acusado de utilizar €58 millones del fondo de pensiones durante los últimos 10 años para pagar salarios de jugadores y empleados. Ante la presión del fisco británico, a inicios de 2012, se nombró un administrador cuya labor consistió en liquidar los bienes del club para pagar las deudas. Además de los 10 puntos que le fueron descontados durante la pasada edición de la Premier escocesa, se refundó el club, bajo el nombre de Rangers Football Club, para evitar su desaparición y su exilio a las divisiones menores del fútbol escocés. Todo  esfuerzo fue en vano.

La semana pasada, los clubes de la Liga Premier Escocesa votaron a favor de admitir al Glasgow Rangers como miembro asociado pero tendrá que competir en la tercera división. En medio del desorden, un consorcio liderado por Charles Green adquirió el Rangers por €7 millones. Serán ellos quienes deban afrontar la deuda de €26 millones que aún mantiene el equipo con el fisco británico.

El Glasgow Rangers es el equipo más ganador de la Liga Premier Escocesa: 54 ligas, 33 copas de Escocia, 27 copas de la liga de escocia y 1 Recopa de Europa en 1972. Pero no estamos hablando de la liga inglesa, española o italiana. Apenas estamos hablando de una liga secundaria como la escocesa. Tan secundaría que a pesar de que entre Celtic y Rangers suman 97 ligas, hace 10 años este par de equipos negociaban con la English Premier League (EPL) su acceso a la ‘First Division’ del fútbol inglés, es decir, a la segunda división. En 2003, la EPL cerró definitivamente esa posibilidad.

Lo secundario de la liga escocesa no impide que el clásico entre Rangers y Celtic sea catalogado como el de mayor rivalidad en el mundo del fútbol. Mayor incluso que un River – Boca en Sur América o un Inter – Milan en Italia. El descenso del Glasgow representa el fin del ‘Old Firm”.

Es un partido histórico el ‘Old Firm’. El primer clásico se disputó el 28 de mayo de 1888 cuando el Rangers aceptó la invitación del Celtic para disputar su partido inaugural. Durante años, casi décadas, fue un partido de rivalidad meramente deportiva. De hecho, el origen del nombre, ‘Old Firm’ (la vieja empresa), no es muy poético. Aparentemente se establecido a comienzos del siglo XX en referencia a los beneficios financieros que se derivaban de sus frecuentes choques.

La fuerte rivalidad se origina en la Guerra de Independencia de Irlanda durante la segunda década del siglo pasado. Hacia 1800 se fusionó el Reino Unido de Inglaterra y Escocia con el de Irlanda. Sin embargo, la batalla entre independentistas y leales a la Corona de Su Majestad fue una constante durante todo el siglo XIX. En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial estalló la guerra de independencia por Irlanda librada no sólo entre leales e independentistas, sino también entre católicos y protestantes. En 1821 terminó la Guerra, Irlanda se independizo e Irlanda del Norte quedó ligada al Reino Unido.

El Celtic fue fundado por emigrantes Irlandeses que huían a Escocia en busca de mejores oportunidades y que, específicamente, se habían establecido en el este de Glasgow. A medida que los acontecimientos narrados antes se sucedían en Irlanda, se vinculaban más los sentimientos entre los emigrantes irlandeses y sus familiares aún en Irlanda. El fútbol era el sitio ideal, para mediante cánticos y banderas, demostrar su apoyo a la Irlanda independentista y católica.

El Rangers, por otro lado, no tiene origenes protestantes, ni sectarismos religiosos de ningún tipo. Sin embargo, los éxitos del Celtic, sus vínculos con los independentistas, su afición católica e inmigrante creó reticencias en la población protestante, leal a la Gran Bretaña y además, en los años veinte, generalmente con mayores recursos. Esto sentó las bases de una rivalidad histórica.

El Celtic es por tanto el equipo católico, ligado a Irlanda, independentista. El Rangers es el equipo protestante, leal a la Unión. La afición del Celtic canta canciones republicanas, porta banderas irlandesas. La afición del Rangers porta banderas británicas (la Unión Jack). Esto lleva a la curiosa situación en la que las banderas escocesas (fondo azul, cruz blanca) brillan por su ausencia en el clásico por excelencia del fútbol escocés.

La rivalidad llega a casos extremos. Más allá de los muertos, heridos y batallas campales que han protagonizado en décadas de rivalidad, hay anécdotas que hasta cierto punto demuestran la intolerancia de dos equipos que comparten una ciudad. Un ejemplo de esto es la ausencia de jugadores católicos en el Rangers desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1989. Aquel año, llegó procedente del Celtic, Mo Johnston. Fue repudiado tanto por los protestantes del Rangers como por los católicos del Celtic. Los unos por verlo fuera de lugar, los otros por sentirse traicionados. Incluso, se dice que los hinchas del Rangers ignoraban sus goles. Si el equipo ganaba 2-1 con gol de Johnston, en ‘realidad’ el resultado era 1-1. No pudo volver a vivir en Glasgow, su residencia fue en Edimburgo.

Si en Escocia dominaron el torneo, en Europa hace años dejaron de ser protagonista. El Celtic, sin embargo, tiene el honor de ser el primer equipo no latino en ganar la Copa de Europa; la de 1967. Rangers apenas pudo ganar la recopa (Copa de Europa de Campeones de Copa) en 1972. Ahora, Celtic se queda sólo. Un equipo sin el eterno rival y con la liga a su merced.

Es frase de cajón aquella de que el eterno rival es el más odiado, pero también el más deseado. Nada como ganar un título al máximo rival. Es cierto en un Barça – Madrid, un Boca – River, Peñaron – Nacional o, por supuesto, un Celtic – Rangers. Mientras tanto, sin embargo, la afición del Celtic canta y celebra la caída del odiado rival:

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