El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Tags: abonados Millonarios; Athletic de Bilbao; Equipo de fútbol negocio; Felipe Gaitán; Fútbol Profesional Colombiano; Millonarios; Presidente de Millonarios; Schalke 04

En los pasados cuartos de final de la Europa League se enfrentaron el Athletic de Bilbao y el Schalke 04 alemán. Este es un equipo especial, siempre llena su estadio. Es de una región minera donde hay una mancomunión especial entre equipo y afición. A tal punto llegan los lazos que recientemente se inauguró un cementerio para que descansen en paz los hinchas del azul alemán … con vista al estadio.

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No sólo llenan el estadio. Viajan y apoyan a su equipo allá donde juegue. También, por supuesto, querían ir a Bilbao. Pero no pudieron, porque los precios eran muy altos. Su protesta fue de lo más original. De ellos es la frase que da título a esta entrada.

El fútbol no es sexo telefónico

En Colombia, Millonarios tiene la oportunidad de ser campeón por primera vez en 24 años. Es uno de los equipos con más aficionados en el país. La final se jugará con estadio lleno. Pero Gaitán, presidente de la institución azul decidió castigar a los hinchas que han acompañado al equipo durante los años de sequía. Amparado en las crudas fuerzas del mercado ha hecho incrementos que, respecto a los partidos anteriores, rondan el 350%.

Millonarios tiene 7.000 abonados, lo son desde el primer partido del semestre. A ellos no se les incrementa la boleta. Este argumenta lo utiliza Gaitán y su Junta Directiva para defender su postura: “es un premio al hincha fiel”. Cuando Millonarios clasificó a la fase semifinal del enredado torneo colombiano, abrió las puertas a nuevos abonados. 10.000 llegaron. A estos nuevos abonados sí aplica el incremento. Cabe anotar que el estadio tiene capacidad para vender aproximadamente 36.000 entradas. Es decir, sólo con los abonados se llena casi el 50% del estadio.

Lo de “premio al hincha fiel” es una forma decente de decir que está castigando al clasiquero. Aquel que sólo, dicen ellos, va a finales o a los clásicos. Las cifras, sin embargo, no les da la razón. En la primera ronda de Copa Sudamericana, por ejemplo, contra el desconocido Inti Gas de Perú, 18.000 personas se acercaron al estadio. Es decir, 11.000 clasiqueros. El promedio de asistencia en la fase regular, con sólo 7.000 abonados recordemos, fue de 16.480 espectadores. Es decir, 9.480 clasiqueros. La cifra no está inflada por los clásicos. En la tercera jornada, contra La Equidad, un equipo sin tradición ni afición, asistieron 17.901 espectadores, 10.901 clasiqueros.

Las cifras se disparan en los cuadrangulares finales y en cuartos y semifinal de la Copa Sudamericana. 20.000 contra Tolima cuando se venía con cero puntos tras dos derrotas consecutivas, 23.034 contra Pasto cuando se jugó con el equipo B por los compromisos en la Copa Sudamericana y 36.343 contra Junior cuando se jugaba el cupo definitivo. Siempre las cifras por encima de los abonados. Muchos clasiqueros diría Gaitán.

El objeto de un equipo de fútbol es motivo de amplio debate entre economistas del deporte. Hacer plata es, por supuesto, uno de ellos. El problema es que también es aceptado que un equipo de fútbol no es sólo hacer plata. El obtener títulos es otro de ellos, pero generar comunidad también lo es. No sólo el Schalke 04 es ejemplo de eso. También lo es el F.C. Barcelona, el Real Madrid o el Manchester United. Esos equipos nunca incrementarían sus boletas en 350% de un partido a otro. Es más, en épocas de crisis optan por congelar, por bajarlas o por dar facilidades de pago.

Lo que hace el presidente de Millonarios es ignorar que el fútbol es un evento social, no es la venta de un producto donde no importa quién lo compre. Un número no despreciable de esos 10.000 abonados simplemente no tiene el dinero para pagar el incremento. Otro número importante de hinchas fieles no compra abono simplemente porque no tiene acceso al crédito necesario para adquirirlo. Acuden al partido según lo permitan sus finanzas semanales. Gaitán olvida que en Colombia, el 58% de la población que trabaja o busca trabajo gana menos del salario mínimo. Olvida que con el salario mínimo una familia de 4 personas no tiene, según estadísticas oficiales, para adquirir la canasta básica para sobrevivir. A Gaitán eso le es indiferente. Le importa llenar el estadio, no quien lo llene. Eso en instituciones con 8, 10 o 15 veces más socios y abonados que Millonarios, como Real Madrid o Barcelona sería inaceptable. Sus presidentes caerían ante las garras de sus hinchas y de los medios.

El mercado, es cierto, seguramente permitirá ver un estadio lleno el día de la final entre Millonarios y Deportivo Independiente Medellín. Pero la mitad del estadio estará lleno de clasiqueros. Aquellos que no han ido en todo el año, los que no han ido al estadio en años, los que no han gastado un peso en fútbol hace 24 años sacarán sus ahorros y, por una vez, pagarán las cifras irracionales para el contexto colombiano que está imponiendo el presidente de Millonarios. Una vez se puede pagar cualquier cifra. El debut, contra algún Equidad la próxima temporada, será las migajas que le queda al aficionado fiel sin recursos económicos.

A la afición de Millonarios la quieren calmar con aquello del sentimiento. Pero ni la azul, ni ninguna afición debe olvidar que una institución la componen tanto los jugadores y su cuerpo técnico como los hinchas. Eso lo demostraron recientemente en Vallecas donde les cobran un abono para toda la temporada. Pero el día que va el Real Madrid les anuncian que es día del club, es decir, que deben pagar más por ver a uno de los mejores equipo del mundo. Algún irresponsable fue y corto el cable de la luz y el partido contra el Madrid se suspendió. La idea de boletas a precios exagerados evitó el lleno en Mallorca está temporada el día de la visita del Madrid. Fue la asistencia más baja de un partido contra los blancos en mucho tiempo. Recientemente hinchas de Arsenal inglés protestaron también por el alto precio. Las £62 de la entrada más barata son inalcanzables para muchos. Su rivales no son clasiqueros, son turistas! Además, en el caso del Arsenal, que es una institución corporativo como parece que ahora es Millonarios, se protesta porque el dinero no se ve reflejado en el campo. El problema central es que el objeto de un equipo puede ser ganar dinero, pero cuando deja de ganar, sólo tiene a su base para que lo apoye. Los clasiqueros estarán relajados viendo las vacas flacas por televisión o enterándose del resultado al día siguiente en el periódico.

Si Millonarios gana, habrá celebración y muchos accederán al chantaje de Gaitán donde ante la amenaza de incrementos irracionales los está obligando a buscar la forma de acceder al abono. Pero si pierde, el daño que crea por la división entre afición y directivas puede costar más que lo que ingresen por taquilla el día de la final.

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